
Cuando te llaman para participar en un proyecto, la primera reacción siempre es de alegría, si además no te conocen personalmente y te contactan porque tu trabajo y tus propuestas artísticas interesan, la satisfacción es aún mayor.
Luego vienen los plazos, condiciones y lo que sea que tengas que valorar, factores que te hacen sopesar la viabilidad de tu participación. Y entonces comienzan las dudas, los miedos…, que en un segundo pueden desaparecer. Gracias Sandra por invitarme a tu exposición, por contar conmigo para esta interesante propuesta, pero sobre todo porque en una breve conversación me hiciste cambiar del no al sí transmitiéndome tu ilusión.
