
Bruno está tumbado en la hierba con los brazos bajo su cabeza,
mira hacia el soleado cielo y fija la vista en las copas de los altísimos chopos,
las ramas meciéndose de un lado a otro con la suave brisa.
En este perfecto estado de contemplación,
repentinamente arquea una ceja, frunce el ceño y…
¿Qué estará pensando el pequeño Bruno?
Las preguntas se agolpan en su cabecita.
¿Adónde va el sol cuando se pone?
¿Dónde se crean los vientos?
¿Por qué todos los niños no tienen juguetes, ni libros, ni helados?
Bruno sonríe, se frota la nariz y vuelve a sonreír,
Con ayuda de la naturaleza y los espíritus del bosque,
y todo lo que tiene a su alrededor, largas cuerdas, una polea,
la escalera y la manguera del jardín, una grúa y una red gigante,
además de los principios mecánicos y físicos aprendidos en el cole,
construirá un objeto mágico, una enorme catapulta capaz de lanzar
miles de juguetes para que lleguen a todos los niños de países lejanos.
Bruno satisfecho, piensa en voz alta:
“Si he de inventar algo, inventaré un mundo mejor”
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This is Bruno, the child protagonist of this story and this portrait.