Hay espacios y espacios, y el de Mikel Larrinaga es uno de esos lugares que enamoran porque tienen historia. Situado en la calle Arechaga de Bilbao, en el barrio más antiguo de la ciudad, es ésta una calle con aroma liberal, dedicada al caballero Cándido de Arechaga, un joven bilbaíno constitucionalista, primera víctima de los carlistas amotinados en 1833 tras la muerte de Fernando VII.
¡Qué lugar más apropiado para albergar mi colección de platos! ‘Révolution, je t’aime’ con imágenes de la monarquía francesa del siglo XVIII, cuya historia os conté en un post anterior.
Pues bien en algún momento pasado de nuestra historia, familias de comerciantes y una pequeña burguesía se instalaron en esta zona. Se nota, a juzgar por la existencia de notables edificios construidos por destacados arquitectos.