Me ha encantado pintar a Cleo, Zeus y Txusa, ha sido una experiencia muy gratificante. El primer cuadro que pinté de un perro fue el de Bourbon; pues bien, he descubierto todo un mundo en el retrato de mascotas. A partir de ahora los perros ocupan, por méritos propios, un lugar destacado dentro de mi galería. Especialmente me interesa captar la fuerza y expresividad que transmiten sus ojos, su mirada pura y noble.
En esta ocasión además he tenido una doble satisfacción, he disfrutado muchísimo pintando y he conseguido que estos retratos transmitan un alto contenido emocional a sus propietarios, lo digo por la reacción de júbilo que mostraron cuando les entregué los cuadros… ¡Y yo feliz!
Por cierto, estoy deseando comprar el libro de David Hockney «Dogs Days».







